Las baterías de níquel-metal hidruro aportan numerosas ventajas en comparación con las baterías más conocidas de níquel-cadmio.
Reaccionan bien en temperaturas bajas y no se muestran más lentas, que puede resultar un problema al utilizar baterías NiCad.
Dado que el tamaño de las células de las baterías NiMH son de menor tamaño, se pueden introducir más células en el espacio de una batería NiCad. Esto conlleva que producimos baterías NiMH de mayor amperaje que sus equivalentes de NiCad.
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